Un llamado amoroso para aquellos que aún no conocen a Cristo como su Salvador personal. Un mensaje claro para quienes están confundidos acerca del evangelio. Útil para dirigir a los que han perdido el sentir de propósito y significado en su vida. Un desafío conmovedor para aquellos que se han vuelto complacientes. Una palabra de ánimo para quienes han caído o son tentados a darse por vencidos. Que sirva de inspiración para todos los que anhelan traer honra y gloria a nuestro Señor. Que sea una motivación poderosa para llegar a ser como Cristo.